Empieza entonces una trágica pesadilla
para la pequeña, obligada a convertirse en niña-soldado, con un
kalachnikov en las manos. El tiempo transcurre y los rebeldes la consideran una “bruja de la guerra” (de ahí su título en inglés “war witch”).
Se le atribuyen visiones muy eficaces para sus acciones de guerrillas, y
tiene un trato algo especial. En medio de su drama, sólo encuentra
apoyo y ayuda en el “Mago”, un muchacho albino de 15 años, que quiere
casarse con ella y del que también Komona se acabará enamorando. Ambos
deciden intentar liberarse de la guerra y empezar una nueva vida. Pero
el destino aciago no los dejará tan fácilmente.
Los intérpretes principales no son profesionales y han debutado en la pantalla con Rebelde, pero, especialmente Rachel Mwanza encarnando a Komona, llevan a cabo un trabajo impecable. Kim Kguyen
quiso rodar cronológicamente y los actores desconocían por completo qué
iba a suceder en la historia. La película desprende así una fuerza
dramática tremenda y perturbadora, produce la sensación de unas vidas
arrastradas irremisiblemente por una fuerza perversa incontrolable.
Rebelde constituye un impactante
y perturbador retrato de injusticias, que, a menudo, casi roza el
documental. Pero Kim Nguyen lo realiza con tal habilidad que el
resultado no es propiamente un alegato de denuncia. Presenta lo
que sucede, envuelto en un relato de ficción, el drama concreto de una
niña, con imágenes oníricas de gran fuerza dramática, alguna leyenda
popular, como la búsqueda del gallo blanco para casarse, y hasta queda
lugar para momentos de luz, con la enternecedora historia de amor de los
adolescentes. Sólo como un factor más de la narración, insinúa
alguno de los posibles motivos de esas crueles guerras en el continente
africano. Por ejemplo, el interés por el coltán, mineral
imprescindible para la industria de aparatos eléctricos, las centrales
atómicas y los teléfonos móviles. La República Democrática del Congo
posee el 80% del coltán del mundo. Las guerrillas locales y ciertas
empresas multinacionales se disputan su explotación.
Rebelde fue íntegramente rodada en el Congo y se presentó mundialmente en la Berlinale 2012, donde ganó el Oso de Plata a la mejor Actriz (Rachel Mwanza) y una mención especial del Jurado Ecuménico. Ha recibido muchos otros premios y fue nominada a los Oscar 2013 como mejor película de habla no inglesa.
Es un film que inquieta y conmueve, pero
ayuda a tomar consciencia de que los intereses económicos de nuestro
primer mundo consumista tiene dramáticas repercusiones en otros ámbitos
menos favorecidos y no tan alejados de nosotros.
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